La
Bauhaus representa uno de los picos más altos alcanzados en investigación
llevada a cabo en el siglo 20, destinado a tener una influencia duradera en la
historia posterior del diseño. En la fabricación de pedidos, los estudiantes
fueron capacitados en la práctica del trabajo a mano, la preprensa y la
impresión. Sin estéticas de moda, en el sentido de la 'gráfica de consumo' sino
inspirados en una obra con conciencia de los objetivos y de un mejor uso de
material tipográfico, hasta entonces oscurecido por una tradición anticuada”.
En efecto, la enseñanza y la producción de la
primera época de la Bauhaus, el instituto fundado en Weimar por Walter Gropius
en 1919 (con la intención no cumplida de que fuera, ante todo, una escuela de
arquitectura) se limitó a la realización de impresiones de arte (confiada a las
habilidades de Carl Zaubitzer, bajo la dirección de Lyonel Feininger).
Los artefactos gráficos que nos pueden
interesar (algunos carteles, tarjetas postales y no mucho más de lo que se
hizo) en su mayor parte se caracterizan por un sello de
caligrafía-primitivista, vinculado al gusto del maestro Johannes Itten,
profesor de la Vorkurs o curso preliminar.
"La tipografía es un instrumento de
comunicación, ha de comunicar claramente y de la manera más urgente. La
claridad se ha de enfatizar puesto que, en comparación con los pictogramas
prehistóricos, es la esencia de la escritura...Por lo tanto y sobre todo, la
tipografía debe ser inequívocamente clara. La legibilidad de la comunicación
nunca debe sufrir debido a un código estético adoptado de antemano."
En el campo de la producción gráfica, su
contribución más importante fue la concepción innovadora de la serie
Bauhausbücher: Moholy-Nagy se hizo cargo personalmente de doce de los catorce
"libros de la Bauhaus" que se elaboraron entre 1925 y 1931 (los
primeros ocho estuvieron listos en 1924), incluso diseñó algunas de sus
portadas.
Junto con él, otros profesores -como Josef
Albers, quien tomó a cargo a Moholy-Nagy en el curso preliminar, Herbert Bayer
y Joost Schmidt-desarrollaron la idea de una "nueva tipografía",
tanto en lo referente al diseño de las letras (con miras al
"monoalphabet" previsto por Portsmann, como en el caso de la
Universal de Bayer de 1926) como el de la comunicación gráfica a través de
material impreso, en una serie de experimentos extraordinarios.
A pesar de los esfuerzos de los maestros, sin
embargo, el resultado de esta experimentación fue la difusión de la idea del
"estilo" Bauhaus. "El resultado fue la rápida adopción"
resumió Bayer amargamente "de una apariencia externa banal... lo que quedó
fue el abuso de los puntos grandes, líneas gruesas, florilegios e imitaciones
de la naturaleza con los materiales tipográficos, pero, visto de esa manera,
las cosas volvieron al punto de partida."